MÁS TIEMPO SENTADO = MENOS SALUD
Es sabido por la mayoría de los entrenadores y demás profesionales de la salud que el entorno en el que vivimos y las actividades que se han convertido en ‘cotidianas’ afectan de manera considerable a nuestra salud. Hoy vemos a nuestro cuerpo operar en un entorno diferente y de una manera no siempre acorde a lo que le es ‘natural’.
Un ejemplo de lo mencionado es el hecho de que el ser humano, que evolucionó a la bipedestación, vuelve a ‘bajarse’, pasando gran parte de su día SENTADO.
Pensemos: unas 8hs de trabajo sentados, los horarios de comidas sentados, los traslados (en auto, transporte público, etc.) también sentados, un tiempo de ocio viendo TV o con el celular, sentados también. Ahora sumemos horas… ¿cuánto de nuestro día pasamos en esta posición?
Este exceso de sedentarismo (leáse ‘tiempo en posición sedente’) conlleva un gran número de alteraciones principalmente METABÓLICAS y MECÁNICAS/ORTOPÉDICAS.
En cuanto a las primeras, un estudio realizado por la Universidad de Texas Southwestern, difundido por la Sociedad Argentina de Cardiología mostró que, en promedio, los participantes estuvieron sentados durante 5,1 horas diurnas cada día. Los investigadores descubrieron que las personas mayores, los que tenían un Índice de Masa Corporal más alto, diabetes o hipertensión tenían más probabilidad de pasar más tiempo sentadas. En general, por cada hora que los participantes ocuparon una silla, aumentó un 10% su riesgo de tener un score de calcio positivo (N. del Autor: éste indicador es un factor de riesgo de ataque cardíaco) .
“Nuestro estudio se suma a la creciente evidencia de que las consecuencias de sentarse mucho tiempo son distintas a las de hacer muy poco ejercicio”, apuntó Jacquelyn Kulinski, del Colegio Médico de Wisconsin. “Además, sugiere que la aterosclerosis subclínica puede ser uno de los mecanismos por los cuales la conducta sedentaria aumenta el riesgo cardiovascular”.
Más tiempo sentado es un ‘mal negocio’, por donde se lo mire. Al igual que el estudio anterior, otros trabajos muestran que la recomendación habitual de actividad física (esos 30 minutos diarios que todos conocemos) no es suficiente si, en el resto del día, se permanece mucho en la silla (o el asiento que sea). Se sugiere incrementar el tiempo activo moviéndose lo más posible durante el día ya sea en tareas del hogar, desplazamientos, etc. para compensar los perjuicios de pasar mucho tiempo sentados. Se mostró que incluso quienes se ejercitan más (55 minutos contra 30, en el estudio) tienen el mismo riesgo cardiovascular si pasan más tiempo sentados (11hs contra 10, en el trabajo).
Desde el punto de vista MECÁNICO/ORTOPÉDICO, las alteraciones son muchas y exceden ampliamente el alcance de este escrito, pero podríamos resumirlas en un deterioro generalizado de nuestros ‘órganos del movimiento’ por la falta del mismo. Huesos, músculos, articulaciones se perjudican. La postura se ve alterada a causa de músculos que permanecen inactivos por mucho tiempo y se debilitan y otros que permanecen en posiciones de poca extensión, perdiendo flexibilidad.
Dolores en la espalda baja, falta de movilidad a nivel dorsal/torácico, molestias cervicales… la lista es interminable. En el siguiente video, ejemplificamos algo de lo mencionado en el párrafo precedente e invitamos a pensar qué propuestas podríamos acercar desde el programa de entrenamiento físico, para tratar de ‘contrarrestar’ estas alteraciones.
Pensar en un ENTRENAMIENTO FUNCIONAL, que favorezca la salud del individuo implica tomar en consideración los desequilibrios que se derivan del movimiento cotidiano del sujeto (o la falta del mismo) y elaborar una prescripción adecuada. No obstante, no es cuestión de ir al gimnasio una hora a “arreglar” lo que “se rompe” en las otras 23, sino de ser más activos (o por lo menos, menos sedentarios) en nuestra vida diaria, incorporando actividad física a lo largo de la jornada y limitando al mínimo posible el tiempo en un asiento.